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«El joven abogado (el talento legal) estimaba que los honorarios que iba a facturar su “colocador” si finalmente fichaba por el despacho serían muy bajos, apenas 12.000 euros, según sus cálculos. Lo que él no sabía era que el cazatalentos había pactado un plus de 50.000 euros por encontrar piezas como él. Provenientes del extranjero, sin identificar en el mercado, con sólida formación técnica, idiomas e inteligencia. Otra cláusula adicional le aseguraba otros 50.000 euros si el candidato alcanzaba la condición de socio antes de diez años».
El bufete, Borja Martínez Echevarría.

Tomando el ejemplo ilustrativo y no menos curioso de novela que retrata el mundo de los grandes bufetes, y el de un prometedor abogado joven que ficha por uno de ellos, llevando su candidatura un cazatalentos, hoy desde Juristas con Futuro tratamos uno de los perfiles del mundo legal quizás menos conocidos pero no exentos de protagonismo, aquél que une los despachos de mayor nivel con los recursos humanos, el cazatalentos legal. Su papel y protagonismo han aumentado directamente con el auge del derecho de los negocios, desde comienzos del presente siglo, llegando a la creación de agencias especializadas y cada vez más numerosas, cuyo común denominador frente a la función de recursos humanos es la confidencialidad y un trato directo muy discreto.

carrera profesional

Inicialmente, los cazatalentos, profesionales de los recursos humanos que sondeaban el mercado para detectar y ofrecer a altos ejecutivos, administradores o directivos de multinacionales, fueron diversificando sus áreas (industria, tecnológicas, empresas de internet, etc) y el sector de la abogacía también llamó su atención; si una empresa debe parte de su importancia al trabajo legal, interesaba poder descubrir los mejores perfiles que se diferenciaran del resto de miles de curriculums que año a año salían de las facultades de Derecho. Socios experimentados ansiosos de una oportunidad diferente, perfiles para poder gestionar los bufetes y, con el tiempo, candidatos con interés por los negocios, las áreas más top de la abogacía (mercantil financiero, fusiones y derecho fiscal de la empresa; y hoy además los ciberabogados) aún siendo juniors o perfiles de primer año, pero con potencial.

¿Qué proceso se sigue cuando un despacho o una empresa busca un candidato? Por norma general, sin perjuicio de las especialidades que cada perfil exija (abogado junior, socios o asociados con experiencia) el primer paso es conocer la firma cliente, su cultura y valores, para transmitirlos a los posibles candidatos y hacer atractivo el despacho. Analizar el perfil requerido, qué responsabilidades se asumirán, qué carrera profesional tiene prevista la firma, qué remuneración y condiciones se establecerán.

A continuación interesa fijar una estrategia para localizar candidatos idóneos, de cuyo examen se decantará primero el reclutador y luego la firma por el finalista elegido. Al contrario que en las contrataciones estándar, que incluyen presentaciones en universidades y ferias de empleo, estos profesionales actúan con una característica discreción, haciendo uso de sus redes de contactos para sondear el mercado y encontrar candidatos. El boca a oreja es fundamental, y más que en redes sociales, los reclutadores hacen uso específico de las redes profesionales cerradas de empresas y despachos para realizar prospección del mercado de profesionales.

Tras encontrar candidatos que cumplan con el perfil requerido, se pasa a un proceso de selección, con entrevistas en las que puedan extraerse competencias y capacidad técnica, conocer la trayectoria, las habilidades y aptitudes que cuadren con el espíritu de las firmas donde trabajarían. De los más adecuados , o incluso de una única persona, se elabora un informe, que se presenta a la firma cliente para su valoración, y en caso de ser esta positiva, se emplaza al candidato para una entrevista personal con el bufete. Es a partir de una contratación efectiva que el cazatalentos recibe el pago por sus servicios, y, como se ha ejemplificado en la mención a la novela del principio, cabe pactar extras de acuerdo al logro de determinados objetivos por el candidato.

No acaba ahí, la labor del cazatalentos en caso de que finalmente se realice una contratación, sino que se mantiene un seguimiento de la trayectoria del fichaje para asegurar que se desenvuelve con éxito y satisfacción en su nuevo destino, incluso porque el logro de determinados hitos va en consonancia con algún bonus o extra al que puede optar el cazatalentos, de probarse que el prometedor abogado fichado genera negocio y beneficio.

Encontrar al candidato idóneo y a la vez, saber convencer de que la firma de destino es atractiva para dicho candidato es fundamental para el éxito de la función del reclutador. La remuneración es una de las claves, pero no la única. Interesa conocer los valores de la firma cliente y su proyecto, con las oportunidades que ofrezca a los posibles postulantes. Así, ¿podrá el candidato liderar un área o un equipo entero? ¿Qué retos internacionales hay en la oferta? ¿Ofrece mejores condiciones de conciliación?

Si el perfil buscado es el de Socios para el despacho, o un perfil senior en empresas, el cazatalentos buscará: profesionales técnicamente perfectos y con capacidad de generar negocio. Bien es sabido que las legales son carreras de fondo con su caducidad, como los deportistas de élite, merced a lo estresante del nivel de trabajo y responsabilidad, unido ello a llevar en parte las riendas del negocio.

La especialización y actualidad de los cazatalentos en el mercado legal tiene relación directa con la alta competitividad, la oferta amplia y demanda más ajustada, además de cíclica de los últimos tiempos (de expertos en concursal  en plena crisis se pasó a buscar a los mejores en fusiones y adquisiciones) y la atención a las nuevas formas de organización de la abogacía (boutiques legales, pequeñas pero muy especializadas en contraposición al despacho de toda la vida); el cliente tipo, que no sólo serán despachos, sino también asesorías jurídicas y departamentos de empresas, ansiosas de contar con óptimos profesionales, que ahora deben adaptarse a las nuevas formas de los negocios: con flexibilidad, movilidad internacional y una capacidad comercial para generar negocio, sobre todo si una empresa o inclusive un despacho, puede ser objeto de fusiones, alianzas o adquisiciones, lo que plasma un carácter global al ejercicio de la abogacía.

Por lo general se tenía en mente que un despacho ofrecía a los abogados más brillantes un salario más elevado, mientras que en la asesoría legal de una empresa se garantizaba más estabilidad, aunque es una tendencia cambiante toda vez que el fin de la crisis genera más actividad y la posible mejora de condiciones para los candidatos.  Es por eso que las plantillas han ido en aumento desde 2014 con potencial creciente, durante la crisis quedaron muy reducidas y ahora la bonanza empuja las contrataciones sobre todo en grandes firmas que son las que más crecen; al ser también las que ofrecen las bandas salariales más altas, coparán el mayor número de especialistas, frente a despachos medianos y pequeños; aún así, es seguro que la oferta anual de recién egresados cope la demanda de las firmas y empresas.

Como una especialidad más, y actual para los headhunters especializados en legal, han logrado renombre en el sector la caza de perfiles estrella de la política o la administración; por ejemplo, y muy representativo fue en su momento el fichaje de Alberto Ruíz-Gallardón sin siquiera conocerlo él como interesado, era un movimiento en el sector deseando aprovechar una oportunidad a ofrecer a despachos-objetivo un perfil de tal calado. Menos polémico fue el fichaje de Carme Chacón, antigua ministra de Defensa en la época de Zapatero, por el despacho Ramón y Cajal. Precisamente por el alto perfil de candidatos y las firmas contratantes, es poca la información que puede conocerse a estos niveles.

Por todo lo anterior, estamos ante una de las profesiones que es a la vez llave para lograr los puestos más deseados en la abogacía de negocios, una vez rematada brillantemente una carrera, poseyendo talento y capacidades, o deseando un cambio tras contar con una experiencia notable.

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A la caza del talento legal

Un artículo de Alberto Lloret Mariño

Licenciado en Derecho y Máster en Práctica Jurídica por la Universidad de Zaragoza, especializado en Derecho bancario, mercantil y Derecho penal de la empresa. Especialista en social media y redes sociales. Miembro del equipo de Juristas con Futuro.


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Alberto Lloret Mariño. A la caza del talento legal [online]. Juristas con Futuro. 19/01/2017. https://www.juristasconfuturo.com/perfiles-juridicos/headhunter-legal/a-la-caza-del-talento-legal/. Consulta: [indicar la fecha en que has consultado el artículo]

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